miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un Día Inventado

Hoy me he despertado un poco desanimada. ¿Sabes aquellos días en que no quieres hacer nada? Pero no sabía lo que estaba por venir. Mientras me cepillaba los dientes y me lavaba la cara, el teléfono ha sonado. Lo he atendido todavía con la voz un poco ronca, pero me he sorprendido con quien me ha llamado. Nadie más, nadie menos que David Beckham estaba al otro lado de la línea. Yo lo vi semana pasada, cuando me pidió mi número de teléfono, pero nunca he pensado que me iba a llamar invitándome a salir. Me ha dicho que estaba mandando un avión Concorde para buscarme y que ya había hecho una reserva en el lujoso restaurante del Savoy de Londres. Primeramente le he dicho que jamás iba a salir con un hombre casado, pero me ha dicho que ya estaba con todo listo en el proceso de divorcio y que yo era mucho mejor que aquella flacucha de su esposa. Me he quedado muy emocionada por supuesto, pero le he dicho que iba a pensar, le he pedido que me llamase después de un rato.

Me he ido finalmente a desayunar, ni siquiera me acordaba de lo ocurrido, cuando mi teléfono ha sonado de nuevo. ¡David es tan insistente!... ya pensé. Cuando he atendido, otra sorpresa, era Brad Pitt. Yo lo conocí en su último viaje a mi país, hace dos semanas. Brad me ha dicho que estaba a cuatro quadras de distancia de mi casa y que iba a buscarme para darnos un paseo. Él estaba con mucha prisa, porque tenía una grabación en Italia por la noche. Me ha invitado a viajar con él, pero le he dicho que nuestra relación estaba siguiendo muy rápido, y que yo no podría viajar así tan deprisa.

Finalmente había conseguido desayunar, aún tenía un poco de sueño y resolví acostarme en el sofá para ver la tele, me he dormido nuevamente hasta el almuerzo, cuando me he decidido hacer algo útil de mi vida, el teléfono ha sonado. ¡No creo! ¿Quién será ahora? Era un funcionario de la Lotería Federal, me ha dicho que yo había ganado ochocientos mil millones de dólares. ¡Yo ni siquiera he apostado en la lotería! Tengo mucha suerte. Les pedí que me enviasen en notas de cien dólares.

Después de descubrir que estaba millonaria, he llamado el restaurante más caro de toda la ciudad y pedí mi almuerzo por teléfono. Mi pedido fue caviar, paté de foie gras, con oro en polvo. ¡Riquísimo! En seguida a este almuerzo fantástico, he tenido la certeza que podía dormir y relajar un poco más. Al final, yo me he quedado millonaria.

Cuando finalmente me he adormecido, ha sonado el timbre. ¿Quién tiene el atrevimiento de interrumpir el sueño de la reina? ¡Encomienda para Señora Rosa! Me ha dicho el entregador. Era un regalito de David, que quería mismo conquistarme. Me envió cuarenta docenas de rosas, dos anillos de brillante y un collar maravilloso.

Por la noche, no he resistido, he aceptado su invitación para ir a Inglaterra. Luego su Corcorde ha aterrizado en mi jardín y volamos para una noche de sueño.
:)

2 comentarios:

Kátia Resende dijo...

Concorde no es avión privado ... A excepción de este detalle, el resto de la historia es totalmente posible!

Elzimar dijo...

Sí, de hecho, nada es imposible!